Almir D´Avila entró de niño, lo declararon demente y nunca más salió. Nunca nadie le ha escrito una carta, ni ha sido nunca visitado por nadie. Aunque pudiera irse, no tiene adónde; aunque quisiera hablar, no tiene con quién. Desde hace más de cuarenta años, pasa sus días en el manicomio de San Pablo, deambulando en círculos, con una radio pegada a la oreja, y en su camino se cruza siempre con los mismos hombres que deambulan en círculos con una radio pegada a la oreja. Uno de los médicos organizó la visita a una exposición de pinturas de Joan Miró. Almir se puso su traje único, viejito pero bien planchado bajo el colchón, se metió hasta los ojos su sombrero de almirante y marchó con los demás rumbo al museo. Y vio. Vio los colores que estallaban, el tomate que tenía bigotes y el tenedor que bailaba, el pájaro que era mujer desnuda, los cielos con ojos y las caras con estrellas. Anduvo, de cuadro en cuadro, con el ceño fruncido. Era evidente que Miró lo había defraudado, pero el médico quiso conocer su opinión:
-Demasiada- dijo Almir.
-¿Demasiada qué?
-Demasiada locura.
De Eduardo Galeano en Bocas del tiempo.
-Demasiada- dijo Almir.
-¿Demasiada qué?
-Demasiada locura.
De Eduardo Galeano en Bocas del tiempo.
4 comentarios:
yo siempre me pregunto que se toma por referencia para decidir quien esta loco y quien no.
Por esas acciones extrañas y desconocidas que lo llevan a concebir ciertos piensamientos, en un cierto día en una cierta hora y un cierto lugar, llegue a su blog.
Encantador señor, encantador, sin embargo y con respecto al texto, me cabe preguntar, no es más inconcebible y absurda la locura, de no creer que existen mil formas de ver el mundo, que la burda y contidiana convencionalidad?
Hay alguna combinación de letras que forma el comentario más lindo que te podría dejar jamás. Hay alguna combinación de letras que forma un mensaje que nadie soñó, y que te podría cambiar la vida.
Esta combinación de letras no es nada de eso.
me encanta Miro, que bueno que lo pongas de relieve hace rato que no veia nada y me olvido por momentos que me gusta tanto...como ese amigo que me presentaste alguna vez de nombre Wassyly alias "el ruso". Que lindo! solo los colores ya transmiten cosas buenas.
Besos! no tengo nada "profundo" para decir, ja!
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