17 marzo 2009

Ocio

Acostado en la cama, escucho música y leo sobre un hombre que, acostado en su cama, escucha música y lee. Es poco probable no experimentar una pseudo identificación con el protagonista de Ocio de Fabián Casas. Un par de afecciones se purgan al leer de este tipo que es capaz de pasarse el día echado, leyendo cualquier cosa que le pase por delante, escuchando siempre los mismos discos. Y los que amamos el sublime arte de la música sabemos que poner un disco es un acontecimiento. Y que, entonces, se puede recordar eldíaqueescuchécincovecesundiscodeDylan. O el día en que Zeppelin fue el marco perfecto para mi historia de amor. Como sea, escribir, caminar por el barrio, robar un libro, masturbarse: no voy a seguir resumiendo las cosas de que es capaz un tipo ocioso porque me persigue el fantasma de mi madre, la imagen de ella leyendo lo que escribo. Pero lo que quiero decir es que el ocio no es (que poco sería si sólo fuera) la condición de posibilidad para la aparición de lo trascendental, de un pensamiento lúcido, de la filosofía, sino que es, ya, un en sí encantador. Y más obligado me consideraré con aquellas personas que me permitan gozar de mi ocio sin obstáculos, que con los que me ofrezcan los empleos más honrosos de la Tierra. Yo, acá, acostado en la cama, escuchando música, leyendo y escribiendo sobre un hombre que, acostado en su cama, escucha música, lee y escribe, quiero reclamar ocio como una actividad fundamental del ser.

(Me siento parte de un poema borgeano: ¿qué recostado lector leerá, ocioso, mis palabras sobre mi albedrío y mi jornada?).

5 comentarios:

MQDLV dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

jaja! que duda te cabe? es absolutamente necesario, forma y debe formar parte de los distintos tipos de "tiempos" que tenemos...supongamos que al tiempo total le restamos el que usamos para trabajar, que que usamos para alimentarnos y asearnos, el que usamos para tareas domesticas, y asi sucesivamente con todos los tiempos que sentimos como obligacion,lo que queda, es el tiempo libre, ecuacion injusta si las hay. De lo que hagamos con ese tiempo libre podremos hablar de ocio o no.
Es interesante la historia del ocio, de como el concepto ha sido utilizado a traves de los siglos para algo diferente en cada sociedad. Por ej, en Roma (Imperio), como mecanismo de control social, en la epoca del puritanismo ingles como algo pecaminoso, lo que en teologia pura se denomina "vicio"; el ocio burques como signo o prueba de cierto rango social, riqueza o poder; en grecia! ese ocio "Creativo", contemplativo, al que solo los sabios podian acceder..porque claro, para trabajar estaban los esclavos..
en fin....
podria decirse que responde a necesidades personales?

Anónimo dijo...

hola, queria invitarte a que agregues tu blog a Argentino.com.ar
es un directorio de webs de Argentina y nos gustaría que estuvieras.
saludos

Diego

estrella dijo...

me encanto!

Ese último momento dijo...

Bendito el Domingo, fin de semana y tiempo de ocio que me han sido otorgados para leer estas palabras.