Si un día vamos a morir, es inútil tratar de controlarlo todo, es ridículo asegurarse un futuro. Preferible es recobrar para lo humano el valor del instante y la animalidad negada. El ser realmente soberano -diría Bataille- es aquel que pone en cuestión la propia vida, la propia razón, la propia individualidad separada y segura de sí. La soberanía exige la donación, el sacrificio, la puesta en juego de todo saber y todo poder, exige perderse a sí mismo, rebelarse a obedecer y también a mandar, perder todos lo lugares, negarse, evitando ser alguien, entregándose a la ruina y la perdición.
La escena es de Fight Club de David Fincher, que condensa algunas de estas cuestiones.
3 comentarios:
Me encantó la reflexión. Realmente muy buena. La película es muy fuerte pero vale la pena.
Saludos Santiago!!
Luz
Resulta extraño, que hoy por hoy, en el mundo de la violencia gratuita, alguien encuentre algo más que un simple intercambio de golpes. En momentos como este, es cuando me alegro de ser un ser humano, pensante, y sobre todo que siente. Ser una individualidad en si misma. No un cuerpo con necesidades. Un saludo.
muy buena escena
gracias!!!!!!!!
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