Vender un libro en el que se fomentan la violencia, el odio racial y la discriminación no siempre significa hacerle propaganda y su lectura no supone, necesariamente, la aceptación de sus contenidos. Cuando un libro, por los motivos que sean, produce el repudio de la sociedad, la solución no es prohibirlo (además pensemos en la carrera ‘prohibicionista’ en que entrarían aquellos que se abogan para sí el derecho a prohibir cosas). Esta es una época para prohibir menos y liberar más. Es mejor educar para crear conciencia, fortalecer los valores democráticos y los derechos humanos y, al mismo tiempo, respetar la libertad de expresión y fomentar la tolerancia a los intolerantes y antidemocráticos (porque de eso se trata la tolerancia). La solución nunca es prohibir. Aunque se trate de Mi Lucha de Adolf Hitler.
4 comentarios:
Recuerdo vagamente la anécdota de cuando compré Mi Lucha en un kiosco de revistas que recién abría y yo venía descocada caminando por Loyola preguntándome por qué no soy más hija de puta después de todo (después de todo). El alcohol hizo su efecto y el libro está en la estantería, todavía me cuentan lo que dije cuando lo compré "Señor, quiero defenderme, que pare esta locura, ¿cuánto cuesta?"
Qué habrá pasado por mi matete, ¿no?
Cuando se prohibe algo se logra un efecto contrario al deseado. Lo Prohibido toma mas valor!! Saludos!!
El problema no es si se vende sino en qué manos cae... además este libro, supuestamente, (al tener un autor reconocido e incidencia histórica)puede ser suceptible de cierto prejuicio, quiero decir, uno puede saber con que se va a encontrar si lo compra o lo lee.
Personalmente no creo que lo prohibido SIEMPRE tome más valor o genere deseo por el hecho de ser prohibido,... de última el deseo estaba allí antes. (por ejemplo a nadie se le ocurriría volverse gay sólo porque pueda considerarse tabú, no todo el mundo toma drogas porque sean ilegales ni posee armas por la misma razón).
Es complicado: "vender un libro en el que se fomentan la violencia, el odio racial y la discriminación" no es el camino para "fomentar la tolerancia a los intolerantes" porque, justamente falta la educación que medie para que los contenidos sean tomados con un verdadero juicio crítico. Y eso en este país no existe a nivel masivo. En fin, y siguiendo una lógica simple, en Argentina no se debería vender.
me corrigo.. no es que no se debería vender.....puede venderse (si se vende o no, al fin, es algo que casi siempre responde a la lógica de ganancia comercial) pero no me parece que dé para que se consiga en el kioskco de la esquina.
Publicar un comentario