Ya es la segunda vez que en el muy buen unitario de Damián Szifrón, Hermanos y detectives, aparecen las figuras de los conductores del noticiero del canal (Telefe). En la última emisión del programa, un francotirador se encargaba de matar a tres personas desde las terrazas de distintos edificios y Cristina Pérez y Rodolfo Barilli informaban al respecto tal cual lo hacen sobre cualquier hecho de la realidad. Cristina y Rodolfo (y también Guillermo Andino, conductor del noticiero de América, que tenía un gracioso parlamento, algo así como: ‘el francotirador disparó a troche y moche’) no actúan en la serie encarnando personajes de detectives, de asesinos, de víctimas, ni siquiera personajes de conductores de noticieros (de algún otro noticiero, creado para la ficción), sino que despuntan el vicio actuando de ellos mismos. El recurso se usa para darle verosimilitud al conflicto que se desarrolla y, en ese sentido, resulta efectivo, pero no repara en la consecuente pérdida de credibilidad de los periodistas (y del noticiero), capaces de presentar y comentar con la misma seriedad, con las mismas voces y gestos de solemnidad, con la misma escenografía de fondo y hasta con el mismo vestuario, una noticia creada para la ficción y la crisis en el Hospital Francés o el crimen del ‘tirador de Belgrano’ (para aprovechar las similitudes del caso). Demasiado poco serio para ser periodistas (si es que lo son), pero es posible que Telefe no esté pagando buenos sueldos a los conductores de su noticiero y éstos necesiten hacer alguna changa, algún bolo actoral para subsistir. En ese caso, por supuesto, estarían justificados.